Estambul.- Unos 44 millones de personas en todo el mundo cayeron en 2010 en la pobreza extrema por el alza de precios de los alimentos, con lo que los más desfavorecidos son ya unos 1,200 millones de personas, que viven con menos 1.25 dólares al día.
Así lo explicó a Efe la directora ejecutiva del Banco Mundial, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, durante la reunión de los Países Menos Desarrollados (LCD, por sus siglas en inglés), que se celebra esta semana en Estambul.
Además, de estas personas, más de 900 millones pasan hambre, es decir, uno de cada siete habitantes del planeta.
En abril, el Banco Mundial (BM) informó de un incremento del 36 % de los precios de los alimentos en el último año, que llegaron a niveles similares a los del máximo histórico de 2008, cuando la combinación de la crisis financiera, las sequías y los polémicos biocombustibles llevaron a una grave crisis alimentaria que, según Okonjo-Iweala, provocó 40 “revueltas del hambre” en todo el mundo.
Desde enero, los países del norte de África y Oriente Medio han vivido nuevas protestas, agravadas por los regímenes despóticos que gobiernan estas sociedades.
Algo que a su vez contribuye a la espiral de precios: las revueltas tienen lugar en una zona rica en recursos energéticos, lo que asusta a los mercados en previsión de un corte de suministro y provoca un incremento de los precios de los hidrocarburos y, por consiguiente, eleva el precio de producción de los alimentos.
La directora ejecutiva del Banco Mundial se muestra especialmente “preocupada” por el efecto que esta crisis de los alimentos tiene en los Países Menos Desarrollados.
“La clave es que la comunidad internacional les ayude a mitigar los efectos de la crisis de alimentos”, opina Okonjo-Iweala.
Según esta directiva, exministra de Asuntos Exteriores y Finanzas, se deben crear “redes de protección” en los países más afectados por la crisis alimentaria, con programas de alimentación infantil en las escuelas, protección para las madres embarazadas o iniciativas de pago de salarios a través de alimentos.
El BM también ha creado el Fondo de Respuesta a la Crisis Global de Alimentos, dotado con 1.500 millones de dólares, que, de acuerdo con sus propios datos, ha ayudado a 40 millones de personas.
“Una nutrición apropiada no es algo que se hace sólo por el bien de los niños, es algo indispensable para el desarrollo humano de estos países en los próximos años”, afirmó el profesor británico Richard Jolly, exalto cargo de UNICEF.
Aunque las cifras de crecimiento económico de los LDC en 2009 subieron incluso por encima del 10 %, Okonjo-Iweala reconoce que es “un crecimiento frágil” y que la población de estos países está “en el filo de la espada” debido a la volatilidad de los precios alimentarios.
Sin embargo, la ejecutiva considera que la solución a los problemas alimenticios del mundo pasa también por estos países.
La producción agrícola deberá crecer un 70 % hasta 2050 para poder alimentar a la población mundial, que para entonces se habrá elevado a los 9.000 millones de personas.
Estos países más pobres aún tienen “grandes extensiones arables” y su agricultura es poco productiva, por lo que hay espacio para la mejora.
Sin embargo, según el Banco Mundial, la crisis económica ha conducido a que en los países más pobres se cultive una importante concentración de la tierra en pocas manos, principalmente de grandes corporaciones y, según denuncia la página web farmlandgrab.org, también de Estados como China, Reino Unido y Arabia Saudí.
Por ello, parece que tampoco esa oportunidad les servirá a los más pobres para salir de la miseria
FUENTE:http://www.noticiassin.com
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