Chris Bosh, Dwyane Wade y LeBron James
Houston, EE.UU..- El duelo revancha que se espera a partir de este martes en las Finales de la NBA, cuando se enfrenten los Heat de Miami a los Mavericks de Dallas, tendrá a dos protagonistas que acaparan toda la atención como son el alero LeBron James y el ala-pívot alemán Dirk Nowitzki.
Ambos han sido decisivos para que sus respectivos equipos hayan conseguido llegar a las Finales de la NBA por segunda vez en la historia y, ahora, cada uno tendrá, al margen de luchar por el título, también objetivos individuales que alcanzar durante la serie que se juega al mejor de siete partidos.
James, el gran fichaje de los Heat durante el descanso del pasado verano y considerado por muchos como el más serio aspirante a luchar por los logros individuales del legendario Michael Jordan, buscará su primer título de liga para consagrarse y demostrar con hechos que tiene en realidad esa proyección.
Además, ese fue el objetivo con el que llegó al Sur de la Florida y que dejó muy claro en su presentación ante los aficionados de los Heat: “…llego para ganar muchos títulos”.
Algo que no pudo conseguir con los Cavaliers de Cleveland, aunque los llevó a las Finales del 2007, cuando fueron barridos por los Spurs de San Antonio (4-0).
A pesar de las críticas y problemas que tuvieron que sufrir durante la temporada regular, los nuevos “Beach Boys” encabezados por James, el escolta Dwyane Wade y el ala-pívot Chris Bosh, que también decidió unirse a ellos como agente libre, al final, los Heat han demostrado todo el potencial ganador.
La manera como superaron a los Celtics de Boston en las semifinales de la Conferencia Este (4-1) y a los Bulls de Chicago en la final (4-1) no dejó ninguna duda que poco a poco han encontrado su mejor momento de juego, no sólo con sus “Big Three” sino también con el resto de la plantilla.
Su llegada a las Finales de la NBA no sorprende a nadie, dado que al principio de temporada la única duda que quedaba para que pudiesen lograrlo era que tuviesen una buena defensa y eso es lo que han conseguido de forma permanente en la recta final de la temporada regular y en la competición de la fase final.
La vuelta del ala-pívot Udonis Haslem, recuperado de la lesión que le apartó toda la temporada regular de la competición, y la superación del escolta Mike Miller, ha sido decisiva para que el trabajo de los “Big Three” se haya convertido en ganador.
Además, los nuevos Heat llegan con la historia a su favor, ganaron a los Mavericks (4-2) el título en 2006, al protagonizar el equipo tejano uno de los hundimientos deportivos más frustrantes que se recuerdan en las Finales de la NBA, ya que perdieron después de tener ventaja de 2-0 y 13 puntos por delante en el marcador en el tercer período del cuarto partido.
Esa experiencia la vivió y la sufrió en carne propia Nowitzki, la gran figura de los Mavericks, que ahora ha llegado a sus segundas Finales de la NBA en uno de sus mejores momentos de juego y con el objetivo de reivindicar su condición indiscutible de estrella y de líder reflejado en un título de campeón.
Nowitzki, en el apartado individual, lo ha conseguido todo, como participante permanente en el Partido de las Estrellas y ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la NBA, menos el título de liga.
Pero, de alguna manera, también se había ganado la imagen y fama de que sólo era un jugador que podía encestar muchos puntos, sin que al final pudiese mostrar en el campo la condición de líder de equipo y más después del colapso deportivo que sufrió en las Finales del 2006 junto al veterano base Jason Kidd.
Ahora, todo está siendo diferente para Nowitzki, que con el nivel de juego aportado durante las últimas semanas no sólo definió su legado como profesional sino que también hizo posible la barrida histórica (4-0) en las semifinales de la Conferencia Oeste ante Los Ángeles Lakers, actuales campeones de la NBA.
Además, no sólo ganaron las finales de la Conferencia Oeste frente a los Thunder de Oklahoma City (4-1), sino que además lo hicieron después de remontar en los dos últimos partidos desventajas de 12 y ocho puntos, respectivamente, en los minutos finales de cada cuarto periodo, con Nowitzki como gran líder y estrella.
El jugador alemán también brilló con luz propia en la primera ronda, para hacer posible que los Mavericks no fuesen eliminados por los Trail Blazers de Portland, que forzaron a Nowitzki a demostrar su condición de líder para ganar la eliminatoria por 4-2.
Ante toda esa aportación, Nowitzki ha cosechado nada más que elogios. Por primera vez, ha recibido admiración y aprecio de forma amplia e incondicional.
La llegada a las Finales no será para Nowitzki un gran logro, porque ya lo había conseguido antes, y por eso reconoció nada más eliminar a los Thunder, que lo único que cuenta cuando concluya la temporada es conseguir el título de campeones.
Nowitzki, a pesar de tener un promedio de 28,4 puntos y anotar 40 tantos en dos partidos, incluidos 48 en el primero de la serie ante los Thunder, ha llegado a Miami para recordar que sólo tendrá sentido la temporada si consigue el anillo de campeón porque entonces si será recordado.