jueves, 28 de abril de 2011

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Ciudad del Vaticano.- El espíritu de Juan Pablo II literalmente invadió las calles de Roma gracias a la llegada de miles de fieles o turistas a la "ciudad eterna" a unas horas de su beatificación el próximo 1 de mayo en la Plaza de San Pedro. 

Desde primeras horas de la mañana cientos de personas se congregaron en la plaza vaticana para tomar fotografías, rezar o hacer simple turismo.

En un recorrido realizado por Notimex se pudo constatar que la fila para ingresar a la Basílica de San Pedro mantuvo una extensión constante de más de 200 metros, con un flujo constante de personas a través de los detectores de metal de acceso.

Miles desfilaron ante la tumba de Juan Pablo II, en las Grutas Vaticanas, para rezar o para rendir un homenaje al "Papa peregrino". Por último vez podrán venerarlo allí porque mañana su ataúd será exhumado y trasladado a otra capilla de la basílica.

Hasta la Plaza de San Pedro llegó Aracely Hernández, procedente de la Ciudad de México, la cual calificó en entrevista que la beatificación "es algo muy hermoso" porque en su país "todos quisimos mucho a Juan Pablo II" por haber sido, entre otras cosas, "el Papa más simpático".

"Estuve en su tumba y fue una sensación única, hermosa, ver que toda la gente estaba orando por él, oramos nosotros también, lo único malo es que no pudimos tomar una fotografía porque está prohibido", indicó.

"Se le extraña porque ya lo conocíamos, fue a la Basílica (de Guadalupe) en cambio a Benedicto XVI no lo conocemos mucho, pero pienso que con el tiempo será más conocido", agregó

Por otra parte Alba Guzmán, originaria de La Paz (Baja California) recordó los viajes papales a tierras mexicanas y las gracias concedidas por Karol Wojtyla, sobre todo a personas enfermas que dijeron haberse curado tras conocerlos o saludarlo.

"(Nos impactó) sobre todo la nobleza que expresaba en su mirada, la paz que irradiaba simplemente al verlo pasar o al tocarlo, una de las cuestiones por las cuales en México lo amamos, por su bondad y cómo quería a los mexicanos", ponderó.

"Estar ante la tumba, poder orar y estar de cerca con esa figura tan importante es una paz y a la vez una emoción, que beatifiquen a una persona que estuvo tan cerca de ti es algo maravilloso, inolvidable", apuntó.

La "fiebre" por Juan Pablo II se apoderó también del Borgo Pío, el tradicional barrio cercano al Vaticano donde se ubican restaurantes y negocios de artículos religiosos.

Allí es posible conseguir todo tipo de objetos conmemorativos, desde rosarios y estampas a un euro (1.5 dólares) hasta estatuas, cuadros de plata, tapices bordados, sombreros e incluso casullas sacerdotales, la vestidura litúrgica que usan los curas para las misas.

Además los interesados pueden encontrar un amplio surtido en playeras, la más publicitada trae la imagen del pontífice estampada bajo la inscripción: "Evento histórico. 1 de mayo de 2011. Beatificación de Juan Pablo II".

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